domingo, 30 de septiembre de 2007

Nuestro adiós a Marcel Marceau

El recuerdo para un poeta del silencio
Durante seis décadas cautivó a públicos de todo el mundo –entre ellos el de Buenos Aires– con su arte inconfundible. La pantomima tiene hoy otros representantes y escuelas, pero Bip, su entrañable personaje, no perdió vigencia. Marceau desarrolló a través de sus metamorfosis una peculiar reflexión sobre la condición humana.Los grandes artistas suelen ensayar sus despedidas, y Marcel Marceau era uno de ellos. Por qué dejar el escenario cuando se experimenta que el arte no tiene edad, y sobre todo cómo dejarlo. No se trata de complacer a quienes se molestaban porque Marceau era un clásico y no quería dejar de serlo sino para despedir con alegría al público sensibilizado por sus trabajos. Ese público que lo emocionaba y ante el cual se permitía un gesto que en este artista era ofrenda. Anteponer a su pequeña figura el célebre sombrero Bip, como si el espectador fuera el dueño de las hazañas de su personaje. Porque la pantomima contemporánea tiene otros representantes y escuelas, pero Marceau seguía fiel a su estilo. Sus obras eran conocidas en su mayoría por quienes asistían a sus presentaciones en Buenos Aires o en provincias, más o menos espaciadas desde la primera de 1951. Marceau insistía. En una visita de 1991, decía a esta cronista que el artista desea que el público se convierta en poeta o mago para poder ingresar juntos al mundo de la magia. Entendía así a la escena, donde sabía morir de pie y a continuación saludar: “Un milagro”, opinaba. Marceau murió ayer, a los 84 años.Cuando en mayo de 2000 ofrecía sus pantomimas a la manera de un álbum de recuerdos, fue saludado por un público joven que remedaba formas de los recitales de música y por mayores que lo conocían de años. Marceau conservaba aún una figura elástica y seguía siendo fiel a las creaciones de la década de 1940, nacidas de su formación con prestigiosos maestros, entre otros Charles Dullin. Su entrañable Bip es de aquel tiempo, pero fue creciendo y apagándose también hasta resurgir con otra fuerza en los años ’80, como Bip recuerda, basada en las memorias de sus experiencias de la guerra y los padecimientos bajo el nazismo. Pero entonces aligeraba las emociones internas transmitiendo con su cuerpo el cadencioso movimiento de un carrusel que era ilustrado con una musiquita de feria. Así lo presentó en Buenos Aires, lamentándose de no haber podido traer nunca otros espectáculos con su troupe, uno siquiera de los veintiséis mimodramas que había montado en Europa. Por esa época, y en los últimos años, lo acompañaron dos mimos jóvenes, aventajados alumnos de su escuela, siempre diferentes y luciendo trajes, en ocasiones renacentistas, que se limitaban a titular cada una de las pantomimas protagonizadas por el maestro.Sobreviviente de un teatro que en Francia no lograron abatir la guerra ni la ocupación, Marceau ha sido considerado en su métier figura-símbolo de la dramatización novelesca de la década del ’40 que –junto a la difusión del existencialismo literario– dio impulso a un teatro filosófico, como el de Albert Camus y Jean-Paul Sartre. Entonces había aprendido de Etienne Decroux todo lo que era necesario saber sobre el arte de la escultura en movimiento, y de otro artista pionero, el actor Jean-Louis Barrault, la marcha sin avanzar, el caminar sobre el agua, la ilusión de la escalera y las técnicas de transmutación, que él después enriqueció. Porque –más allá de las confesadas influencias recibidas de Charles Chaplin, Buster Keaton, Harpo Marx y Stan Laurel (evidente inspirador de la célebre Bip juega David y Goliat, pantomima de 1953 sobre música de Arcangelo Corelli)– el mimo francés desarrolla a través de su arte de la metamorfosis una peculiar reflexión sobre la condición humana. Y esto puede apreciarse en pantomimas como Los siete pecados capitales y El fabricante de máscaras, y en las de Bip –el hombrecito creado en 1947, de máscara blanca, como la del Pierrot del siglo XIX– que protagoniza infinidad de episodios: viaja en tren, vende porcelanas, se relaciona con una agencia matrimonial o simplemente recuerda. Este personaje es síntesis de un minimalismo formal creado por un jovencísimo Marceau de 24 años que no les temía a los mensajes. Bip se imponía por su “corazón fiel y amigo” y tenía mucho para decir sobre la soledad en Bip en un baile (1954) y sobre la muerte, en Bip soldado, de 1965.El humor, la crítica y la ternura que transmitía Marceau en la escena tentó a algunos productores, y pudo concretar trabajos bien diferentes en el cine, en cortos y mediometrajes, en grabaciones para la televisión y películas disparatadas como Scrooge, First Class y Barbarella. Esta última de Roger Vadim, donde compuso a un insólito profesor Ping.En la escena, necesitó de la complicidad de un público sensible a los detalles de sus silenciosas narraciones gestuales, ejecutadas en sincronía con los juegos de luces y sombras, el sonido y la música. Esa exigencia tenía su recompensa, pues los finales de sus mimodramas guardaban sorpresas que a veces rozaban lo metafísico. Uno de los más inquietantes, El fabricante de máscaras (de Marceau y Alexandre Jodorowski), estrenado en 1959, resume la parábola del humano que lucha por desembarazarse de una risa artificial que esconde su profundo desasosiego. No es menor su trabajo en Las manos (obra de 1969 creada por H. Cheshire y Marceau), dramático match de manos que aluden al Bien y el Mal. Otro tanto sucede con El pajarero, de 1990, con música de Peter Gabriel. En esta muestra de su talento para la metamorfosis, el mimo afila el rostro y agita los hombros como un ave molesta por el escozor de las plumas que despuntan.Marceau reunía en sus trabajos elementos tomados del surrealismo y simbolismo, pero no se conformaba con lo que le ofrecían las técnicas de Occidente. En sus viajes a Oriente conoció las expresiones del teatro kabuki, noh y moudra. El simbolismo era fundamental en su trabajo: “En la realidad, un hombre que cría pájaros no se convierte en pájaro. Esa metamorfosis no se da. En cambio el mimo sí puede hacer la transformación porque es un filósofo; él toma la sustancia de la vida. Y eso es extraordinario: mostrar sobre el escenario lo que la vida no muestra”.Practicaba la sutileza hasta en la sátira, que suavizaba en ocasiones con melodías, acordes del vals “Desde el alma”, por ejemplo. En esa línea descolló con Los burócratas, donde un indefenso personaje que lleva un papel en la mano golpea puertas, sube y baja escaleras, hace cola y sufre codazos y apretujones intentando encontrar una respuesta sensata. Para estos personajes de carne débil metidos en asuntos cotidianos que los sobrepasan, Marceau hallaba una manera de salvarlos introduciendo un toque de humor, abriendo un camino a los sueños, alentándolos a buscar el amor y la libertad. Por eso el hombre maltratado por los burócratas acaba rompiendo el papel que lo ata a tanto trámite. Una rebeldía que lo libera al punto de querer perderse en el camino que el público tal vez imagine en el fondo negro del escenario. Este recurso con perspectiva acercaba el trabajo de Marceau al cine y al final chaplinesco de El circo. Estos finales y también la muerte eran frecuentes en sus primeros trabajos. La muerte como una decisión judicial aparece en la sátira El tribunal y como imperativo biológico en Adolescencia, madurez, vejez y muerte, (1946), otra magnífica metamorfosis ilustrada con música de Juan Sebastián Bach.Artista en permanente tournée por el mundo, creó una compañía de mimodrama en París y una escuela, en 1978, manteniéndose fiel a sus pantomimas y a las escenificaciones nacidas de una filosofía de vida milenaria que él comparaba con la del sobreviviente. Marceau, cuya mejor máscara –decía– era su mirada gris, afirmaba que el mimo descubre en el silencio “el arte de hacer vivir el pensamiento”, y puede sorprender con imágenes tan simples como la de un hombre que en escena simula caminar contra el viento sin utilizar ningún artificio: “La vida es la que enseña a expresar un misterio y es a la vida a la que hay que saber encontrar a través del arte, cuya existencia es ya un milagro”.

El CELCIT en Acción

Boletín del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (Argentina)N° 388. 28 de septiembre de 2007


Hilda Cabrera. Página 12. 24 de septiembre de 2007

http://www.celcit.org.ar/

domingo, 23 de septiembre de 2007

PARTES DEL TEATRO

* Bambalinas: Se llama así a las tiras de lienzo con decorados que cuelgan del telar.*


Ciclorama:Es un telón de fondo, semicircular, que cubre la parte posterior de un escenario moderno.
* Tomado del libro: Teatro para principiantes, de Antonio Avitia. Árbol editorial, 1996.
** Arco del proscenio o boca escena:La abertura en el proscenio por la que el público ve la escena.
** Diablas:Largas pantallas que alojan una serie de lámparas, distribuidas, por regla general, en circuitos de colores primarios (rojo, amarillo y azul) y que colgadas de la parrilla suministran la luz general del escenario.
** Escenario:Área de trabajo limitada por el decorado.
** Foro:Toda la parte situada detrás del arco del proscenio.
** Parrilla: Estructura de vigas de madera delgadas o de viguetas de hierro para fijar las poleas y cuadernales del telar y soportar el peso de las varas de los telones.
** Proscenio:Espacio sobre el escenario que queda delante del telón de boca.
** Telar:Estructura de madera o de acero colocada arriba del escenario. Se usa para sostener y elevar el decorado.
** Telón de boca: Cortina corta colgada sobre el escenario para ocultar las bambalinas.
** Telón de fondo:Gran superficie plana (generalmente de tela) colocada al fondo del escenario y pintada para sugerir la localización de la escena.
** Tomado del libro: Para comprender el teatro actual, de Edward Wrigth. Ed. Fondo de Cultura Económica. 1992.

EXTRAIDO DE : http://groups.msn.com/CICLORAMA/especialpartesdelteatro.msnw

LA ENSEÑANZA DEL TEATRO (I)

LUIS ALBERTO ROSAS*
LIc. en Artes Escénicas, crítico de teatro venezolano.
Es nuestra intención ofrecer una vista general de la situación actual de la
enseñanza del arte escénico en los distintos niveles de educación desde el preescolar hasta el nivel superior. Les invito a reflexionar y revisar el teatro como medio eficaz de enseñanza en los primeros años de educación.
Entendemos que por naturaleza el niño es un actor, sólo debemos
sentarnos en un parque infantil o detenernos a observar en la calle a cualquier infante que no supere los doce años para disfrutar de su libertad creadora. Aún más el niño en edad pre-escolar, por cuanto se encuentra en un proceso de descubrir el mundo que le rodea, echa mano del juego para imitar y representar innumerables roles.
Los niños de 0 a 7 años poco le temen al ridículo y es por esto que en sus actividades cotidianas crean personajes que representan con una fidelidad absoluta. Así se divierten siendo: mamás, papás, médicos, maestras y maestros, cualquier animal que se les ocurra, superhéroes, etc. Para los niños la representación es un tema intrínseco a ellos mismos y si se encuentran solos aún más echan a volar la imaginación con grandes historias y hazañas que libran en la soledad de sus habitaciones o lugares de juego. No hay algo que le guste más a un niño que un disfraz que oculte su verdadero físico, ya sea imitando a sus mayores o a los personajes que le rodean. Esta capacidad natural de transformación y creatividad es un punto a favor de la enseñanza del
teatro en escuelas y colegios.
En la mayoría de los pre-escolares y escuelas encontramos materias como ‘dramatización’ y siempre a final de año escolar o en fechas específicas los niños realizan los famosos ‘actos culturales’. Entonces ¿es posible que el arte dramático coadyuve al desarrollo intelectual y creativo de un niño? La respuesta es un rotundo sí.
El hecho de aprovechar ese desenfado natural con que el niño asume roles es indispensable para su formación. El arte teatral brinda al niño, además de un espacio creativo, la oportunidad de: conocer y explotar su expresión corporal; desarrollar su capacidad de establecer secuencia de hechos (por ejemplo en las narraciones de cuentos); perder el miedo escénico; relacionarse
socialmente de una manera más libre, tanto con sus otros compañeros como con los adultos que le rodean; obtener una expresión oral mucho más fluida; alimentar la sensibilidad auditiva y emocional; desarrollar su capacidad creadora, entre otros aspectos.
Ahora bien ¿quiénes se encargan de esta área en las escuelas y colegios? Por lo general lo hace la maestra que dicta todas las demás materias y, en algunos casos, sin ninguna persona auxiliar para atender grupos de hasta 30 niños. Sin ningún adiestramiento adicional en la materia, la maestra es la encargada de proveer al niño de todas las herramientas que nombramos
anteriormente y no sólo eso, sino que es la responsable de diseñar, escoger y producir los actos culturales que se realicen durante el año: arduo trabajo. De esta forma vemos como se desaprovecha un área que brinda las suficientes ventajas como para ser materia obligatoria en cualquier institución educativa.
Creemos que lo primero, para evitar este tipo de cosas, es contratar personal especializado para dictar estas materias (de los cuales hay muchos y desempleados) o disponer de talleres de formación para educadores en donde se les ofrezcan las técnicas para trabajar en el área del arte dramático y todo lo que ésta conlleva. El colegio o la escuela es el recinto donde el niño pasa la
mayor parte del día, y poderle ofrecer la posibilidad que se sensibilice con el teatro, de seguro que le dará la oportunidad de desarrollarse más libremente, sin pena, sin miedos, y que venza la timidez, si la tiene, o desarrolle aún más su histrionismo y creatividad.
El teatro en la escuela debe ir orientado con juegos dramáticos, representación de historias contadas, dramatización de canciones, elaboración de vestuarios y escenografías, danzas y bailes, además de acercamientos a técnicas sencillas de relajación y respiración, pronunciación correcta de las palabras en los diálogos o las narraciones, representación plástica y sensitiva del trabajo que se realiza, y apoyar todo lo anterior con frecuentes visitas a los teatros que ofrecen funciones infantiles en horario escolar. Este tipo de trabajo posibilita el estímulo necesario para que el niño disfrute de una actividad distinta dentro del aula de clases y participe directamente de su proceso creativo.
Proceso que debe ser apoyado por padres y representantes acudiendo con sus hijos a las funciones de teatro infantil que se ofertan en la ciudad, lo cual contribuye al desarrollo de una actividad que realice en su colegio y brinda a los padres una hermosa forma de acercamiento familiar.
Como se puede ver, la práctica de la actividad teatral en los primeros años de vida escolar encierra un mundo de infinitas posibilidades, de estímulos y apoyo al crecimiento intelectual y creativo del niño. Aunque ya muchas instituciones han implementado este tipo de trabajo en el aula, lamentablemente no es la mayoría.
¡Que bueno sería que en cada colegio de nuestro país, se pueda contar con un
‘profe’ de teatro!

EXTRAIDO DE : http://www.edumedia.org.ve/Productos/Apoyo/documentos/La%20enseñanza%20del%20teatro%20I.pdf

martes, 18 de septiembre de 2007

Cómo escribir una crítica teatral

Antes de nada, decir que las líneas que siguen son una modesta guía —que como todas
es orientativa— para afrontar el hecho no siempre comprendido de la crítica teatral; algo nada sencillo, porque la crítica no deja de ser el juicio del esfuerzo de otros, pero a su vez también es una manera de poner en su sitio a los menos que aprovechan estos tiempos de seudo cultura para quedarse con el personal, alegando que han llevado a cabo un acto cultural que pasará a los anales de la historia.
En un plano más positivo, es otra manera de acercarse a las artes escénicas y aprender a disfrutarlas más. Por otra parte, especialmente en la Universidad, la crítica no deja de ser un acto de libertad de expresión y de comunicación.
Pero levantemos ya el telón:
Temática, aunque no siempre, muchos críticos suelen comenzar por referirse al tema
sobre el que ha girado la obra de teatro. Otros, en cambio, no comienzan por este punto,pero sí lo incluyen en otro momento de su trabajo. Por último, están los que ni lo mencionan (no del todo recomendable). Lo que sí me gustaría comentaros es el fallo bastante común de muchos iniciados en la crítica de decir de qué trata la obra y quedarse sin incidir en otros aspectos. Escribir sobre el tema esta bien para situar al lector de vuestro artículo en la obra, pero que no se quede la crítica en una mera sinopsis: una cosa es describir someramente la trama sobre la que gira el espectáculo teatral, y otra —dicho lisa y llanamente— es contarlo haciendo un resumen. Hay que resaltar, asimismo, si el texto es bueno o por el contrario no hay ni historia, si los diálogos son frescos (por ejemplo) o si no ayudan al desarrollo del montaje.
La interpretación es a mi entender, otro de los polos sobre los que ha de pivotar la
crítica. El trabajo de los actores y actrices es fundamental, algunos destacarán sobre los demás, pero es muy importante analizar el conjunto: no se puede desechar un trabajo grupal porque uno de los interpretes esté francamente mal. Asimismo, hay papeles más agradecidos que otros, no siempre el que más texto tiene o más nos hacer reír tiene que ser el mejor. Otra máxima, la de “no hay papeles pequeños” no deja de ser menos cierta, aunque a veces es complicado crear un personaje en dos frases. Podéis comentar si han estado convincentes, bien caracterizados o histriónicos. Otra faceta a señalar es si se ha hecho un buen trabajo con los actores, si se les ha dirigido bien o por el contrario, si han sobreactuado y no se ha sabido erradicar una teatralidad exagerada por parte de los personajes.
En cuánto a la puesta en escena, de un modo general decir que es la unión de la
escenografía, la iluminación, el vestuario y el decorado; el atrezzo, en definitiva. Sobre la escenografía, algo básico, es posible incidir sobre la disposición del espacio, o bien sobre un elemento escénico novedoso pero que no aporta nada al desarrollo del relato, quedándose en un mero efecto especial. La iluminación puede que sea bella, pero que esté mal coordinada, el vestuario puede ser vistoso, pero no estar al servicio de la historia (actores que no se pueden ni mover). También podéis referiros a un objeto del decorado que no dice nada, o que no se ve por no estar iluminado; a una luz en exceso tenue o que deslumbra a los actores.
Por último —aunque esto para algunos sea en principio secundario, por ser en extremo
subjetivo— habría que decir qué os ha parecido la obra como propuesta, es decir, si la obra de teatro que habéis visto y estáis analizando os parece que aporta algo, y resulta innovadora. En la medida de lo posible —y de vuestros conocimientos y experiencia—podéis compararla con otra de su género o estilo, señalando, por ejemplo, si ese autor ha hecho cosas mejores, o si se ha superado o innovado, o bien, por el contrario, si estamos ante un montaje que peca de formalista.
Sin querer ofender a nadie, se supone que hay escribir para los demás; yo desde luego, como lector de las críticas teatrales huyo del crítico que escribe para leerse a sí mismo, o bien del que relata la vida y milagros de no se sabe bien quién. Y sobre todo no hay que complicar las cosas, expresarse de modo sencillo, no usando un lenguaje pretencioso. Está bien darle un toque de poesía y literatura para que nuestra no quede demasiado plana, fría o árida, pero tampoco se trata de crear otra obra, ni de decir cómo lo habríais hecho vosotros, porque en ese caso deberíamos estar hablando de dirección.
Para finalizar, recordar que ante todo se trata de dar una opinión, no de sentar cátedra.
Ánimo y a escribir. Que no os entre el miedo escénico porque al fin y al cabo el que
anda se tropieza. Como dejo escrito el poeta “caminante no hay camino, se hace camino
al andar”.
Mucha mierda a tod@s.
Carlos Minondo
Grupo de Teatro Debacle
Crítico Teatral
EXTRAIDO DE http://www.gipuzkoa.ehu.es/p010-10678/es/contenidos/informacion/ecg_presentacion_exposiciones/es_pres_exp/adjuntos/criticateatro.pdf
UNIVERSIDAD DEL PAIS VASCO

domingo, 16 de septiembre de 2007

DIRECTORIO DE ARTISTAS ESCENICOS

PAGINA DONDE EXISTE UN DIRECTORIO POR REGIONES.

para ingresar tu agrupación
envía tus datos a:
mapochosputnik@gmail.com

LINK: http://www.mapochosputnik.cl/artistas/escenica/cias-t/cont-cias.htm

sábado, 15 de septiembre de 2007

El Teatro Latinoamericano Actual

Por:
Sergio Pereira Poza
Director del Magister en Literatura Hispanoamericana
Centro de trabajo Departamento de Lingüística y Literatura, Facultad de Humanidades, Universidad de Santiago de Chile
Dirección Departamento de Lingüística y Literatura Facultad de Humanidades Universidad de Santiago de Chile Avda. Lib. Bernardo O´Higgins 3363 EstaciónCentral Casilla 442, Correo 2, Santiago
Teléfono +56 2 681 9039
Fax +56 2 681 9039

ENSAYO SOBRE LAS DIRECCIONES DEL TEATRO LATINOAMERICANO ACTUAL:
a) Teatro de la posvanguardia.
b) Los grupos experimentales.
c) El teatro espectacular.

ENSAYO COMPLETO EN: http://web.usach.cl/didascalia/ensayo1.html

viernes, 14 de septiembre de 2007

Teatro, educación y cultura - José Luis Olivari Reyes


Teatro, educación y cultura

José Luis Olivari Reyes

Desde hace algún tiempo venimos observando como el teatro ha cobrado interés en los jóvenes de nuestro país. Ya no sorprende que junto a compañías teatrales establecidas, existan noveles grupos con espectáculos exhibidos en breves, e intermitentes "temporadas". Si agregamos además el surgimiento in crescendo de Escuelas y Academias privadas junto a centros de formación universitarios del arte escénico, el fenómeno en su conjunto, hacen creer al visitante extranjero, y a nosotros mismos, que estamos en presencia de un Chile con una tradición en creación y producción teatral sólidamente unida y desarrollada, de acuerdo a una mirada cultural ilustrada compartida por la comunidad nacional, y que se visibiliza a través de modelos fabricados por la cultura de masas y sus consecuencias culturales, léase festivales y otros eventos que empezamos a ver cada verano ¿Es acaso el teatro un producto cultural popular y /o masivo en el Chile actual? La realidad es otra, y mas fuerte.

Los planes y programas de estudio para la enseñanza Básica y Media, señalan al teatro, en sus objetivos fundamentales y contenidos mínimos obligatorios. como parte de un subsector de aprendizaje artístico, donde "en la medida de lo posible" sirva para proyectar una visión amplia de la cultura artística. Sin embargo, conscientes del esfuerzo realizado desde la División de Cultura, como del Departamento de Educación Extraescolar del Ministerio de Educación, aún no se ha logrado instalar un cultura de educación teatral, en su más amplio sentido. En buenas cuentas, abrir un espacio para la formación de espectadores teatrales infantiles y juveniles, donde la producción teatral dialogue con públicos aún mudos como sujeto consumidor y que interpele culturalmente al teatro, es tarea pendiente.

Esto significa colocar de manera explícita el rol del teatro como dinamizador educativo en el proceso de formación de niños y jóvenes. Indudablemente el desafío se abre a dos posibilidades estratégicas diferentes, primero, qué es educar para el teatro y segundo, que es educar por el teatro. La primera apunta a la construcción de una democratización cultural, tarea nunca del todo asumida (e inconclusa) por un Estado Benefactor democratizador legendario, al período dictatorial, y que hoy dada la situación de un Chile, con Estado heredero de un modelo que reubica a la cultura en función de un proyecto de educación para la eficiencia y eficacia laboral, y que relega la demanda de creatividad social a iniciativas individuales, diluidas en micro actividades locales al servicio de programas de Municipios que miran al teatro como un factor "civilizador" para los habitante de la Comuna.

En cuanto a la segunda posibilidad, la formación de una cultura teatral en las generaciones actuales, (una democracia teatral) es igual a la formación de una manera de mirar la vida como "acto vivo" y no como simulacro audiovisual Hoy asistimos a la irrupción de emergentes sociales juveniles divorciados de una tradición cultural oficial, y que incorporan sensibilidades productos de una segunda oralidad. han llevado al teatro a embarcarse en la cultura de la videosfera, y que conlleva nuevos desafíos en lo que respecta a formación de los nuevos público reeducados por el cine y la televisión. Frente a esta situación, cabe preguntarse entonces ¿Existe una cultura de la interacción teatral, donde el espectador dialogue, interactuando consigo mismo, con los hechos y sus personajes, y en referencia a su situación existencial de ciudadano inmerso culturalmente en un ecosistema audiovisual ? Sin negar los goces estéticos que pueda producir un espectáculo teatral en grupos sociales de diferente origen socioeconómico, corresponde inaugurar instrumentos e instancias que promuevan como política un diálogo formativo y pedagógico, especialmente en los segmentos infantiles y juveniles. Hacen falta caminos metodológicos que nos permitan rastrear cuanto avanzamos en esta tarea y que compromete no solo a niños y jóvenes sino además la formación profesores, padres y apoderados.

Una última reflexión en torno a la creación dramática nacional. Vemos que con enormes esfuerzos y dificultades han nacido iniciativas, y que son resultado más de una constancia soñadora de pocos, que de una convicción producto de una política institucional en lo que a cultura se refiere. Por otro lado, el nuevo marco legal e institucional para la cultura, que se inaugura a partir del próximo año, al menos abre otras expectativas revitalizadoras al histórico y agotador debate entre artistas y políticos mediado a través de cabildos y otras instancias de participación ciudadana no del todo comprendidas y asumidas por la comunidad nacional. Esto significa que está pendiente acercar a nuevos públicos a la producción nacional, mas allá de las modas o la contingencia de la farándula mediática.

En otras palabras, la producción dramatúrgica debiera estar engranada a la construcción de no solo una democratización del teatro, sino que también al estímulo de una democracia de participación creadora en su sentido más amplio en nuestra población.

Santiago de Chile, Octubre de 2005

extraido de http://www.escenachilena.uchile.cl/

sábado, 1 de septiembre de 2007

Carlos Ianni

Director, docente y productor teatral. Director del CELCIT y Director Adjunto del Instituto de Estudios Teatrales para América Latina. Ha sido Director General Adjunto del Teatro Municipal General San Martín y Coordinador General de Programación Artístico-Teatral del Teatro Nacional Cervantes. Ha dirigido las siete ediciones del Festival Internacional de Nuevas Tendencias Escénicas-La Movida y los eventos especiales de distintos festivales teatrales iberoamericanos. Entre sus últimas puestas en escena pueden mencionarse: "Monogamia" de Marco Antonio de la Parra (2000), "Fragmentos de un amor contrariado" de Roberto Arlt (2001), "Como si fuera esta noche" de Gracia Morales (2002), "Viaje a la penumbra" de Jorge Díaz (2003), "Donde el viento hace buñuelos" de Arístides Vargas (2004), "Cita a ciegas" de Mario Diament (2005), "Antígona" de José Watanabe/Sófocles (2006). Espectáculos en cartelera: > El fruto (Diseño de luces) > Tu ternura Molotov (Diseño de luces) > Antígona (Iluminador, Musicalizador, Director) > Monogamia (Director)Espectáculos en los que participó: > El fruto (Diseño de luces) > La calma (Diseño de luces) > Loteo (Diseño de luces) > El desvarío (Director) > Tu ternura Molotov (Diseño de luces) > Antígona (Iluminador, Musicalizador, Director) > Tres historias del mar (Director) > Cita a ciegas (Director) > Donde el viento hace buñuelos (Diseño de luces, Director) > Antígona (Director) > Viaje a la penumbra (Diseño de luces, Director) > La secreta obscenidad de cada día (Director) > Como si fuera esta noche (Director) > Fragmentos de un amor contrariado (Dramaturgia, Director) > El sueño y la vigilia (Asistente de dirección) > Monogamia (Director)